Aunque hasta ahora no haya prestado mucha atención a la » tierra» de esta isla, eso no quiere decir que no me guste.
A partir de ahora me propongo alternar los temas marinos, en azules y más azules, con flores, árboles, caminos y campos que supondrán un cambio en los colores de mi paleta.
Voy a jugar con tus recuerdos, con tus imaginarios
Desintegro un paisaje, lo reduzco al mínimo.Triángulo. Azul
Nada más.
Ahora lo reconstruyo descolocado e incompleto
Convierto el triángulo en cielo, viento, arena, sol y en mar a la vez. Repito el proceso
Todavía solo son unos triángulos que colocados de cierta manera, tú transformarás en velas, en barcos .
Después, colgados en la pared siguiendo cierto orden, imaginarás toda una escena de puerto, de mar, una regata Desde casi la nada saltamos hasta a un complejo acontecimiento social.
Si nunca hubieras visto el mar, si nunca hubieras visto un velero, este “ cuadro “ no existiría. En cierta medida, tú lo pintas al mirar
Desde hace unos años un bicho está matando muchas palmeras. Empiezan a secarse y quedarse lacios los penachos y acaban muriéndose si no les aplican cada cierto tiempo un tratamiento, una especie de inyección-vacuna.
Me da pena verlas enfermas y me encantan cuando se despeinan con el viento.
Óleo sobre vela de barco:
Para imprimir en cualquier tamaño:
Tema muy previsible viviendo en una isla pequeña y frente al puerto, ¿verdad?
Empecé haciendo collages, después mezclando y he acabado pintando todos los elementos
De nuevo con distintos estilos y herramientas y sobre diferentes soportes
Queta Sobrino González 